miércoles, 11 de marzo de 2009

Un desafío muy particular

En 1972, con el duelo Ford-Chevrolet ya instaurado hacía rato en el Turismo Carretera, surgió un nuevo “clásico” en el automovilismo argentino, muy particular por cierto: Fiat 600 versus Citroen 3 CV. En las calles, las publicidades y las charlas de café se advertía el crecimiento de esta disputa, con cultores que eran usuarios de los simpáticos vehículos y otros que simplemente tomaban partido respondiendo a su preferencia por uno u otro. Ese repentino fanatismo por los mencionados modelos derivó en una maratónica carrera organizada por el San Isidro Automóvil Club, en la que el “duelo” fue únicamente entre “fititos” y “ranitas”. 7 horas en el circuito número 15, el mismo que utilizaba la Fórmula 1, sirvieron para dirimir el pleito, y el “600” resultó ganador de la pulseada. Lejos de ser una carrera amateur, la prueba contó con la participación de pilotos destacados de la época y otros que lo serían años después, además de estar envuelta en varias polémicas por cuestionamientos reglamentarios a varios autos…Claro, debían ser estándar completamente, y algunos funcionaban bastante mejor que lo que mostraban en las calles porteñas…
En lo previo, ambos autos presentaban sus cartas ganadoras. Los Fiat la velocidad, mayor que la de los Citroen. Los 3 CV su tenida, y la posiilidad de viajar n succión, algo que sus rivales no podrían hacer por un tema técnico (el alza de la temperatura del motor), y potenciado reglamentariamente, ya que las “bolitas” no podían correr con la tapa de motor levantada. En carrera se vieron cosas extremadamente extrañas, como dos Citroen en succión a más de 130 km/h y un “600” superándolos como si estuviesen parados, algunos sonidos de motor extraños y un par de autos que doblaban demasiado bien para ser standard…La gran falencia de la reunión fue la revisión técnica, que no fue eficaz a pesar de excluir al binomio Baztarrica-Claramunt, quienes ganaron en pista. Sólo se revisaron a 1º y 2º, demasiado poco para los 40 autos inscriptos y para una cita que se sabía de antemano sería proclive a las trampas.
La idea fue muy bien aceptada pero nunca volvió a repetirse.Ganó el binomio Bustos-Bustos después de arduas 116 vueltas, y entre los participantes se destacan muchos nombres conocidos: Rubén Daray (2º con Fiat), Ernesto Crocco (3º con el mejor Citroen), Carlos Crocco, Sergio Solmi, Roberto Lustig, Francisco Mayorga, Daniel Urutia, Enrique Toriani, Tomas Harpe, Fernando Boggio, Guillermo Kissling, Rubén Roux, Emilio Satriano, Juan Carlos Calandrino.
Excelente moción, que más allá de no volver a concretarse tuvo su similar con la realización del “Desafío de los Valientes” organizado por Fiat, en el que participaban los mejores pilotos del momento sobre el último auto de la marca. Más allá de eso, la gran discusión de la época se resolvió en pista, prevaleciendo el “600” y dejando felices a sus innumerables fanáticos.

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